El precio de lo gratuito

Hay que tener claro que nada en esta vida es gratuito, el hecho de que no se tenga que pagar un valor en dinero, no significa que no haya que pagar, de algún modo, otro precio por él. El acceso a los sitios web es gratuito (en su gran mayoria), la información la podemos descargar sin costo alguno y difundirla nuevamente sin que hayan implicaciones, pero esto no es tran gratuito como parece: estamos pagando con nuestra vida y nuestra mente.

Un ejemplo muy claro son las redes sociales, damos nuestra información personal y de esta se aprovechan las empresas para hacer publicidad, enviando información de productos y servicios que ya saben que nos pueden llamar la atención porque concoen nuestros gustos e intereses; por eso está más que dicho que debemos procurar por revelar a través de la red la menor cantidad de información posible. Aunque, no siempre obtienen la información de ua manera consentida, es decir, no se basan solamente en lo que publicamos o mostramos en la red, también nos rastrean a través de las cookies, nuestro correo, nuestras búsquedas en Internet, donde pueden obtener información de nuestras preferencias analizando el tipo de páginas que visitamos y lo que buscamos.